Cuando uno habla de México, inmediatamente evoca imágenes de coloridos mercados, vibrantes tradiciones y, por supuesto, sus incomparables sabores gastronómicos. Pero mi experiencia en México fue mucho más allá de los estereotipos.
Cuernavaca: La Ciudad de la Eterna Primavera
Mi aventura comenzó en Cuernavaca, aproximadamente a 70 km al sur de la Ciudad de México. Esta ciudad, conocida como la ciudad de la eterna primavera, goza de un clima templado todo el año, un refugio ideal para aquellos que buscan alejarse del bullicio de la capital. Sin embargo, la expansión urbana ha modificado su paisaje, convirtiendo sus hermosos barrios en zonas más concurridas.
Mientras exploras, es imposible no notar el Popocatépetl al fondo, conocido cariñosamente como Popo por los lugareños. Esta majestuosa montaña parece supervisar la evolución de Cuernavaca con su impresionante altura de 5452 metros.
El centro de Cuernavaca es un deleite visual. Su zócalo, o Plaza de Armas, es el hogar de edificaciones históricas como el Palacio de Cortés y el Palacio de Gobierno. El primero, con influencias medievales, fue construido sobre ruinas aztecas. Ahora alberga el Museo Regional Cuauhnáhuac, que narra la rica historia de México.
Para aquellos que aman la naturaleza, el Jardín Borda es un lugar de visita obligada. Diseñado en el estilo de Versalles, es un remanso de paz en medio de la ciudad.
Arte y Cultura
Cuernavaca está impregnada de cultura. Desde los murales de Diego Rivera que narran eventos históricos hasta el popular danzón interpretado en el zócalo. Esta danza, de origen cubano, ha sido adoptada por los mexicanos, convirtiéndola en una tradición local.
El Museo Robert Brady es un tesoro escondido para los amantes del arte. La colección, resultado de décadas de viajes, combina arte de diversos orígenes, estilos y épocas.
Gastronomía y Hospitalidad
Para aquellos en busca de una experiencia culinaria, Las Mañanitas ofrece una tranquila escapada con margaritas excepcionales. Mientras que VerdeSalvia combina un encantador entorno con una exquisita gastronomía internacional, a cargo del chef Fabio Peiti.
Más Allá de Cuernavaca
No muy lejos se encuentra Xochicalco, un sitio arqueológico reconocido por la UNESCO. Este antiguo centro de convergencia cultural alcanzó su apogeo entre los siglos VII y X d.C.
Un poco más lejos, Taxco brilla no solo por su rica historia minera, sino también por su encanto colonial. Este pueblo, famoso por sus joyas de plata, combina la modernidad con la tradición en sus estrechas y empinadas calles.
En mi viaje de regreso, me detuve en Hacienda San Gabriel, una estructura del siglo XVI que parece congelada en el tiempo. Su restaurante ofrece deliciosos platos, como camarones en coco, que combinan perfectamente con jugos frescos.
La Ciudad de México
A pesar de la abrumadora presencia de la Ciudad de México, me encontré fascinado por su rica historia y cultura. Los murales de Diego Rivera en el Palacio Nacional narran la historia del país, mientras que el Museo Nacional de Antropología es un testimonio de las diversas civilizaciones que han habitado la región.
No se puede dejar la ciudad sin visitar Coyoacán. Este colorido barrio, hogar del Museo Frida Kahlo, es un testimonio del espíritu vibrante y resiliente de esta icónica artista.
México es un tapiz ricamente tejido con historia, cultura y tradición. Cada ciudad, cada barrio y cada rincón tiene una historia que contar. Es un país que, una vez visitado, permanece en el corazón para siempre.