Estamos rodeados de prejuicios, estereotipos y clichés y, a menudo, creemos erróneamente que sabemos sólo porque hablamos con el amigo de nuestro amigo o porque lo escuchamos en la televisión. Cuando dije a mis amigos y parientes que el destino de mi luna de miel sería Tailandia, las preguntas fueron muchas y, en su mayoría, positivas y entusiastas.
Quienes me conocen saben muy bien que para mí cada lugar merece ser visitado y que siempre trato de descubrirlo con nuevos ojos y oídos pero sobre todo con una mente clara y un pensamiento independiente. La reacción de curiosos conocidos o desconocidos que en una mezcla de superficialidad y presunción han planteado consideraciones y preguntas que no son realmente apreciadas. Algunos de ellos creo que los he borrado deliberadamente de mi memoria, los otros están aquí:
1. ¿Tailandia está sucia?
¿Que hacer que una persona piense que Tailandia está mas sucia que otros lugares? No puedo estar completamente seguro. Sin embargo, es evidente que evaluar una metrópolis como Bangkok basándose únicamente en la limpieza puede ser un enfoque limitado. Esta ciudad, con su constante zumbido de tráfico, sus 6 millones de habitantes y sus 5 millones de vehículos, enfrenta desafíos titánicos para mantener el orden y la limpieza según las percepciones occidentales. Pero, es importante hacer una pausa y reflexionar: nuestras propias ciudades, ¿realmente son ejemplares en estos aspectos? Ciudades como Milán, Roma y Nápoles también luchan contra sus propios desafíos urbanos. ¡Y no hablemos de los enjambres de cables eléctricos que me han sorprendido más que en cualquier otro lugar!
2. ¿Es la comida muy picante?
Tailandia, conocida en el imaginario global por sus icónicas especias picantes como el chile y el curry, es en realidad un tesoro gastronómico mucho más complejo y sofisticado de lo que muchos podrían suponer. Central en la cocina tailandesa es el equilibrio entre 5 sabores fundamentales: salado, dulce, ácido, amargo y, por supuesto, picante. Este delicado juego de contrastes y harmonías es lo que otorga a los platillos tailandeses su carácter distintivo. Por tanto, la percepción de que la comida tailandesa es predominantemente picante podría surgir de una comprensión incompleta o de la dificultad en discernir estos sabores en perfecta conjunción. Es esencial apreciar la rica tapezca de sabores antitéticos que dan vida a cada bocado.
3. ¿Has estado comiendo cucarachas fritas?
La cocina tailandesa, conocida por su rica variedad y sabor exótico, a menudo se entremezcla con ciertos elementos que podríamos categorizar más hacia el lado del folclore que de la tradición culinaria en sí. Un ejemplo claro de esto son los saltamontes. Contrario a la creencia popular, los saltamontes en Tailandia no son precisamente un plato tradicional que se sirve en restaurantes convencionales.
Más bien, estos y otros insectos como grillos, cucarachas y hormigas, se presentan a menudo como un «espectáculo» destinado principalmente a los turistas. Estos platos inusuales suelen estar en exhibición cerca de atracciones turísticas populares y durante ciertos eventos o mercados. Es esencial comprender que, aunque intrigantes y definitivamente parte de la experiencia turística, estos insectos no representan una especialidad central de la verdadera cocina tailandesa.
4. ¿Está lleno de transexuales?
Tailandia es un país que, con frecuencia, se asocia con la comunidad transexual o transgénero. La presencia notable de esta comunidad en Tailandia no se debe a una simple coincidencia. En este país, la discriminación basada en el género o la orientación sexual no solo está prohibida constitucionalmente, sino que también es escasa en la cultura y las prácticas cotidianas. Una de las razones subyacentes a esta actitud abierta y tolerante es la influencia de la religión budista. El budismo otorga una gran importancia a los principios de tolerancia, comprensión y respeto hacia todos los seres humanos, sin distinción. Por lo tanto, las minorías sexuales no solo son aceptadas, sino que también se les atribuye un significado kármico, reconociendo su valor y lugar dentro de la sociedad.
5. ¿Son muy pobres?
A menudo, al cuestionar la calidad de vida en otros países, es fácil olvidar el panorama completo de nuestra propia situación. En el caso de España, hay una serie de desafíos a los que se enfrenta la población. Formar una familia en Italia se ha convertido en un lujo, dado el difícil panorama laboral y la situación económica. La tasa de empleo es preocupante, y una gran proporción de jóvenes, ante la falta de oportunidades, opta por permanecer en casa de sus padres.
Además, los costos asociados a la vivienda, ya sea por alquileres desorbitados o por los altos precios de compra, representan un obstáculo adicional. Sumado a esto, la deuda pública de Italia es una de las más elevadas de Europa. Por otro lado, Tailandia, a pesar de ser considerado un país en desarrollo, muestra signos de un futuro más esperanzador en ciertos aspectos. Los prejuicios pueden llevar a pensar que es una nación empobrecida, pero la realidad es diferente. Y si hacemos una comparativa honesta, ¡quizás descubramos que en Italia tampoco estamos en una situación tan privilegiada!